Pruebas científicas de la actividad  de las sustancias a dosis infinitesimales.

Pruebas científicas de la actividad  de las sustancias a dosis infinitesimales.

Está claro que debido a las sucesivas diluciones, el remedio homeopático no puede actuar químicamente por un efecto de masa molecular.

Se sabe con certeza que algunos organismos animales reaccionan ante dosis de sustancias del orden del picogramo (10 a la enésima potencia g.) y aún menos, las mariposas, hembra segregan una sustancia, la feromona, a la que son sensibles las mariposas macho. En diluciones del orden de 10 a la enésima potencia, lo que corresponde a una 10CH.

Por otra parte, los fisiólogos afirman que mientras quede en una solución una molécula de sustancia activa, tal molécula es capaz, si actúa sobre una célula receptora específica, de desencadenar fenómenos de reacción en cadena.

PERO ¿qué ocurre en el caso de las diluciones en las que ya no es posible detectar moléculas de la sustancia base y, en particular en aquéllas en las que, matemáticamente, habida cuenta del número de Avogadro, 6,02x 10-ya no pueden quedar moléculas es decir, de la 12 CH en adelante?

Este era el argumento fundamental de nuestros detractores, que decían que nuestros remedios no contenían más que «aire o agua pura» y que solo actuaban por efecto placebo. Únicamente mediante  la investigación científica se les podía dar una respuesta.

Hay que subrayar que la investigación en el campo de la homeopatía es principalmente una investigación fundamental, contrariamente a la investigación aplicada que es la que se suele llevar a cabo en los medios farmacéuticos y cuyo objetivo es demostrar la acción terapéutica de un producto o una molécula nueva.

Sin pretender hacer un desarrollo histórico de la investigación en homeopatía ni hacer un análisis de todos los experimentos llevados a cabo por los farmacéuticos, farmacólogos, médicos, ingenieros físicos, etc. muchos de los cuales son profesores de facultades de medicina y farmacia, diremos, para clarificar las cosas, que la investigación ha querido demostrar sucesivamente:

  1. Que la actividad farmacológica de las diluciones hahnemannianas podía ser demostrada científicamente con procedimientos reproducibles y estadísticamente válidos.
  2. Que la actividad de dichas diluciones iba ligada a una estructura física particular y que, en consecuencia, no se trata de soluciones vacías, » en las que no hay nada» como se ha dicho con mucha frecuencia.

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